Va a ser verdad eso de que con la edad se tiende a relativizar todo. ¿Verdad? ¿Verdad el qué? ¿Cómo que es verdad? ¿Qué es verdad? ¿Por qué la mentira es mala y la verdad es buena?
La mentira puede ser un campo fértil en el que cultivar la imaginación sin límites; la verdad, en cambio, puede convertirse en un terreno yermo y árido en el que solo crece el dolor.
Milan Kundera, mi nuevo gurú, dice al respecto:
"Vivir en la verdad, no mentirse a sí mismo, ni mentir a los demás, solo es posible en el supuesto de que vivamos sin público. En cuanto hay alguien que observe nuestra actuación, nos adaptamos, queriendo o sin querer, a los ojos que nos miran y ya nada de lo que hacemos es verdad. Tener público, pensar en el público, eso es vivir en la mentira." (La insoportable levedad del ser)
Y de Kundera a Larra, que bien sabía que el mundo todo es máscaras y que la vida es un carnaval. Que nada es lo que parece y que lo tuyo lo mío y lo de aquél es puro teatro. Así que cuanto antes empecemos a entender nuestro verdadero papel, más divertido será el juego, que aquí no hay guión que valga ni entreacto que nos permita retocar el maquillaje. Peor aún: ni siquiera hay ensayo. Nos lo jugamos todo en un único estreno. El telón ya se abrió sin permiso, ahora el tiempo corre y los aplausos cada vez van más caros.
Vamos a contar mentiras, tralará.
Cuidado con Kundera que hechiza. La Verdad no tiene que ser dolorosa, la Belleza es Verdad y aunque a veces duela, no tiene porque doler. Hemos entrado en una nueva etapa para la humanidad, el siglo XXI se abre ante nosotros lleno de oportunidades, y debemos dejar atrás el s. XX que fue el siglo de la destrucción, en el que cayó la bomba atómica. Estas teorías estaban bien el siglo pasado, pero en este justo debemos aprender a quitarnos las caretas, a ser quienes realmente somos, a brillar con esa luz única e irrepetible que brilla en nostros y que las caretas no dejan resplandecer. Ha llegado e momento de ser siendo, de intuír la Verdad y volar hacia ella.
ResponderEliminar"Debemos, pues, volver de nuevo al principio y preguntarnos qué es realmente la belleza que hay en los cuerpos. Es algo que, en primer término, afecta a los sentidos, que el alma aprehende comprensivamente y abraza con reconocimiento, siendo de algún modo asimilado a ella. Pero al entrar en contacto con lo que es feo, el alma retrocede y lo rechaza y se separa de ello, al verlo como algo inarmónico y de naturaleza extraña a ella misma. Debe ser por consiguiente que, puesto que la naturaleza del alma es lo que es, y se situa entre las más altas esencias en el orden de las cosas, cuando ve algo próximo a ella misma, o incluso algún vestigio de afinidad, se alegra y agita sus alas, y lo recibe en su interior, y recuerda su verdadero yo y aquello que realmente es suyo." - Plotino, Enéadas.
Se acabó el tiempo de las mentiras, llegó la hora de la Verdad que brilla en nuestro interior.
Soy amigo de tu hermana Patty, este es mi blog:
http://porelamordecorina.blogspot.com.es/
Un saludo,
Antonio
Estoy de acuerdo. En la Belleza está la Verdad y eso he tenido la suerte de vivirlo en mis propias carnes. E igual que tú, también siento que poco a poco nos adentramos en una nueva etapa en la que los humanos empezamos a abrir los ojos ante aquello que hasta ahora había permanecido oculto, sencillamente porque no nos habíamos detenido a aprender cómo mirarlo, cómo entenderlo y abrazarlo.
EliminarPero creo que aquí estamos mezclando conceptos...probablemente porque esto lo escribí sin pensar mucho y dejándome levar, fundamentalmente, por el poder de las palabras, que siempre son mi perdición.
Mi reflexión iba más encaminada a desmitificar la mentira como la mala de la película, a romper con los estigmas que la han posicionado en el campo de lo reprobable y pecaminoso. En este caso, pienso en la mentira entendida como ficción y, por lo tanto, como posibilidad de creación y, sobre todo, de juego. Del mismo modo en que no concibo la literatura sin la ayuda de la mentira, me gusta pensar que también en mi propia vida me resulta imprescindible ese pequeño ingrediente de ficción, ese margen de juego inocente con el que adoptar nuevos puntos de vista. Por eso, el propio texto es en sí un juego, un malabarismo, tal vez demasiado pretencioso, con conceptos, términos e ideas que rondan últimamente por mi cabeza sin acabar de asentarse en una opinión estable. También he de decir que no pensaba que lo leyera nadie y, mucho menos, que me tomaran en serio!
Sé quién eres. Te recuerdo de la Cerdaña. Apenas he tenido tiempo de leer dos entradas de tu blog y ya estoy enganchada.
Mira Moni yo no sé qué te mueve a escribir estas cosas, pero no tiene ni pies ni cabeza. Para mí que confundes ocurrencia con inteligencia. La mentira, es ontológicamente falsa y por tanto inexistente. Así de simple. No está dentro de lo real y por tanto, como no existe no puede ser sujeto de ninguna alabanza. Estamos hechos para la verdad y sólo la verdad es. Mira que es sencillo, basta mirar la realidad, el café que te tomas, el chico al que besas, la música que escuchas o los pies con los que bailas. Si nada de eso es verdad, no sirve. Prueba a vivir mintiendo siempre y luego pondera tu felicidad y los amigos que te quedan, es más, el amor que conservas. Hablemos de cosas reales joder, y dejémonos de flirtear, por bonito que sea, con las fantasías de la loca de la casa, es decir, la imaginación.
ResponderEliminarOtra cosa es que estés asqueada de la falsedad y cual víctima del síndrome de Estocolmo compongas una oda a lo pérfido como cínico desenlace existencial a un problema que intuyo, debe antojársete irresoluble. Pues yo te digo, renunciar a la belleza, renunciar a lo infinito que reclama nuestro corazón, renunciar a esa verdad es el suicidio, y no es una gloriosa escapatoria, sino un estrepitoso fracaso. Aunque quizás, lo cojonudo del asunto, por sarcástico, sería que el escrito en sí fuera una mentira que buscase encontrar una verdad.
Querido amigo Anónimo... ya estamos otra vez en las mismas. Contigo no tengo ningún futuro como poeta. Por lo menos no hasta que comprendas que la mayoría de mis palabras responden a una inquietud imparable de jugar y provocar. En este sentido, supongo que debería estar satisfecha, te he provocado. Dicho esto, quisiera aclarar que precisamente a día de hoy puedo afirmar con contundencia que existe la Verdad y lo sé porque he hecho experiencia de ella. Amo esa Verdad y sé que mi corazón está hecha para ella. No te preocupes, hasta ahí lo tengo claro. Pero, por favor, no me pidas que renuncie al flirteo, no me pidas que renuncie a la fantasía y, sobre todo, no me pidas que renuncie a la imaginación. Por ahí no paso. El mundo es maravilloso tal como es, pero ello no significa que debamos ignorar a lo que, a mi juicio, es uno de los mayores poderes que se le ha concedido al ser humano: la capacidad para crear, inventar y jugar. Y no hablo desde un apego infantiloide, sino, más bien, desde la conciencia de una madurez que entiende que la grandeza de la vida está en abrazarlo todo en su totalidad. Porque si algo creo haber aprendido es que fragmentar la realidad es un error. Quiero la verdad y quiero la mentira porque ambas forman parte de la realidad. No te engañes, la mentira existe y en ocasiones es necesaria precismente para que podamos identificar la verdad. Creer que no existe la mentira...eso es vivir en un mundo falso.
EliminarAdemás, si la mentira no existe, ¿cómo explicas esta trampa en la que te he hecho caer?
"El artista es alguien que a través de una mentira te cuenta una verdad"- Alan Moore sobre Shakespeare.
ResponderEliminarCreo que si se responde a un comentario literario con términos filosóficos hay que por lo menos dar la cara y no firmar como anónimo. Además no se dbieran mezclar ciertas palabras, si sales con ontología se fiel a tu tono y no caigas luego en vulgarismos.
La literatura es un juego, porque no dice sugiere, no explica guía. Siempre pongo el ejemplo de los mitos griegos, respetan al hombre mucho más que la filosofía kantiana, ya que enseñan el cammino te diregin, pero confían en ti para que andes la última parte del camino sólo; eso es la literatura.
Así que no vengáis los filosofos a casa de los poetasa decirnos como debemos hacer las cosas, porque antes de los presocráticos estaba ya estaba Homero. La poesía es el verdadero conocimiento del cosmos y de la vida, ya que se conoce a través de la emoción y se expresa a través del logos, que por si lo habías olvidado quiere decir la palabra, no la razón.
¡Qué viva la poesía! Y más hoy que empieza la primavera.
Un saludo,
Tranquilos amigos poetas, no se me enojen. Firmo como anónimo porque quería ver si Mónica me reconocía, tenía curiosidad. Además no soy filósofo, aunque me gusta, soy ingeniero -quizás de ahí mi cerrazón cuadriculada-. Evidentemente he acertado más en mi última frase que en las anteriores. Ciertamente me lo he tomado como un ensayo y no como un juego, lo mío he de reconocer es más el análisis que la creación.
ResponderEliminarEvidentemente no pido renunciar a la imaginación, la fantasía, etc. etc. pero siempre y cuando sirvan a lo real. Si entendemos la mentira como eso por mí perfecto (ciertamente provocador Moni ;)). Bueno lo dicho, que sigan ustedes haciendo poesía que ya les iré leyendo y si no entiendo algo pregunto. Además, no puedo estar más de acuerdo en que la Belleza está la Verdad. Sin duda. Abracitos.