domingo, 21 de abril de 2013

vida en un día




Reloj Kensington Station

 

Abro los ojos. Son las 6. Me duele todo, estoy mareado y pringoso. Miro a mi madre, me mira. Intuyo que el calvo es mi padre. Nos vamos a casa. Tengo una cama cómoda. Me cuesta dormir. Me gusta desayunar tostadas con jamón serrano. Detesto la leche. Me obligan a tomarla. Me gustan los aviones, las cometas y el color verde. Juego a que soy un paracaidista y me hago daño. Muchas veces. Me echan bronca. Más veces. Soy el único de la clase que tiene el Final Fantasy III. Julián se compra el IV. Nos peleamos y nos dejamos los ojos morados.

Son las 12 h. Quiero ir a la fiesta que organiza Andrés. Me escapo. Vale la pena. Me gusta mi profesora de latín. Me dejo el pelo largo y me pongo gafas para parecer intelectual. Empiezo a leer a Chesterton y luego a Focault, hasta que descubro a Eduardo Mendoza, que me hace reír. Me río, me río mucho. Pruebo la marihuana. Me río más. Intento aprender a tocar la guitarra. Soy un desastre y me destrozo los dedos. Me compro la colonia que sé que le gusta a Sandra. Me gusta el olor de Sandra.

Son las 15h. Perdemos el avión hacia Viena y cogemos uno que va a Lisboa. No es lo mismo, pero conocemos a Carlos y a Luisa. Apruebo todos los exámenes y me gradúo. Sigo sin saber por qué estudié publicidad y pienso en ser piloto. Sandra se muda a Lisboa y me pide que me quede con Bruce, su perro.

Son las 17h. Llego tarde a mi entrevista. Me sudan las manos y los pies. Agradezco que Andrea me obligase a afeitarme antes de salir de casa. Pienso en invitarla a cenar con mi familia estas navidades. Discutimos. Se va y me quedo solo con Bruce, otra vez. Me suben el sueldo y me cambian de despacho. Sigo pensando en ser piloto. Y sigo pensando en Sandra.

Son las 19h. Carlos y Luisa me invitan a su casa de los Alpes. Me rompo un brazo esquiando. Sigue sin gustarme la leche, aunque me la echo en el café. Me encuentro a Ramón en la despedida de soltero de Carlos. Hablamos de negocios y me presenta a Lídia. Bruce se pone enfermo. Mi madre se enfada porque nunca la llamo. Me largo a Indonesia. Pienso en Sandra.

Son las 20h. Estoy nervioso y miro a mi padre, que mira el reloj. Lídia y yo nos damos el sí quiero. Ella quiere que vayamos a cenar con sus amigas y yo prefiero quedarme en casa. Voy al gimnasio. Me engordo. Descubro un restaurante japonés exquisito. Intento aprender japonés. Lo dejo. Le digo a Lídia que sigo yendo a clase de japonés. Se queda embarazada. Mi madre muere.

Son las 21h. Lucía quiere un perro o un hermano. Le compro un fox terrier. Ella me regala un cenicero con mi nombre. Le gustan la leche y los espagueti carbonara. Jugamos al ahorcado. Nos cambiamos de coche y nos vamos de vacaciones a la Toscana. Como mayonesa en mal estado. Acepto un trabajo en Barcelona. Llego tarde a casa. Celebramos el cumpleaños de Lucía en el McDonald’s con sus amigos. Veo a Sandra. Está casada con un piloto.

Son las 22h. Va a empezar mi programa favorito. El suelo está sucio. Lucía me llama para preguntarme si prefiero carne o pescado para el menú. Cambio de canal. Me quito las gafas. Bebo un vaso de leche. Cierro los ojos.

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