Si no te escribo te vas. Si no te retengo entre palabras, te escapas. Tengo que encarcelarte en estas letras, aprisionarte para poder visitarte cuando yo quiera, no cuando el tiempo te traiga. Tan frágil eres que desapareces si nadie te pronuncia.
Quédate. Un ratito más. Deja que te entienda a sorbitos y me quede con tu huella.
Hazme tuya.
Desnúdate de adioses.
Recuérdame tú a mí.
Besa mis distancias.
Y cuando te lea, muérete para siempre.
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