miércoles, 6 de noviembre de 2013

escritura automática



"titere". Ricard Aymar

Apenas se levantó, ya le dolía la cabeza. Empezaba todas las mañanas igual: con los ojos empañados, las manos hinchadas y ese dolor agudo en el dedo gordo del pie izquierdo. ¡Qué coñazo! otra vez lo mismo. Estaba harto, cansado y saturado de los cafés en sobre. Prefería las almohadas débiles de un viernes por la noche. Esas noches en que se encontraba a escondidas con lo que empezaba a ser su juego favorito. Un vendaval de idas y venidas, de porqués ahogados en una charca podrida de deseos por cumplir. Y se sentía tan típico, tan estereotipado, que prefería no pensarse. Quería que otros le pensaran. Al fin y al cabo, así es como había sido siempre y así es como debía ser. No podía moverse sin hilos, no sabía hablar sin guión. Hasta el dedo gordo de su pie izquierdo pertenecía a otro. Me pertenece a mí. Yo te muevo, yo te indico, yo te obligo, te guío y te manipulo. Vas a ser lo que yo quiero que seas. No te rindas.

1 comentario:

  1. Bravo Moniquiti, la escritura automàtica es una fuente inagotable de riqueza en todos los òrdenes. Besos.

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